Si, creo que todos habéis notado que ya es verano. Un deseado, caluroso y aparentemente infinito verano. Todos estamos más o menos de vacaciones y tenemos más o menos tiempo libre. Y desde luego que no todos tenemos las posibilidades económicas como para irnos a California, así que la mayoría debemos aplicarnos la canción Mediterráneo, de Los Rebeldes, y conformarnos con unas vacaciones mas, ¿como decirlo?, más caseras.
En lo que a mi respecta, ya estoy a un paso más (un pasito) de ser una famosa y triunfadora jefa de publicidad así que ahora tocaba relajarse e irme un mes a casa de mis padres
Ya sé que llevamos ya un mes de verano y la verdad es que parece tener poco sentido escribir sobre las vacaciones cuando se lleva un mes ya, pero la cuestión es que estaba esperando a que me sucediera algo alucinante para contarlo. Después, tan solo esperaba a que me sucediera algo que mereciera la pena contar, pero nada. Ahora ya he desistido, por eso escribo. Y es que nada nuevo puede pasar en la casa de tus padres. Esas no deberían ser unas vacaciones homologadas, sobre todo si tus padres viven en un pueblo en la costa. Bueno, me diréis, ¿está la playa no? Contesto: lo de aquí no se puede llamar playa ni mar, es un caldo; con un poco de arena, barro y basura en la costa y que además se llena de personas mayores chapoteando en el agua (yo sigo diciendo que hay personas que ya no están como para ir a la playa). Por las noches en vez de guiris buenorros y música veraniega y cool en la playa, se montan conciertillos típicos de pueblo en los que el Ayuntamiento ahorra lo más que se puede. De ahí que vengan “grupos” desastrosos que versionen las canciones de Lady Gaga y las destrocen por completo.
Además todo te recuerda a tu pasado adolecente y vale, al principio mola: “Oh, mi antiguo instituto”, “Oh, el muelle donde iba con mis amigas del alma”, “Ohh .. (cualquier chorrada que ves)!” Pero a los dos días nada de eso te causa impresión, es más, lo que te causa son malas vibraciones: “Oh, la playa dónde me di mi primer (desastroso) beso” “Oh, el parque donde el cabronazo de mi ex me dejó por otra…” y un largo etc.
Al final acabas durmiendo hasta las tantas viendo series/películas en casa toda la tarde y en el mejor caso tomándote unas cañas con los amigos por la noche. Vamos, lo que es un verano intenso.
Entonces te pueden pasar dos cosas:
1- convertirte en una especie de alga marina (porque al final vas a la “playa” aunque solo sea por estar en remojo)
2- acordarte que tienes que estudiar e ir a la biblioteca en tu máxima desesperación porque se pasen ya los días.
A mi me ha pasado lo segundo. Así que hoy, 20 de Julio, un día precioso, me voy a estudiar Derecho de la Publicidad. Felices vacaciones a los que estén en California!
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